Cierre de ciclos
Filosofía

Cierre de ciclos

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Cierre de ciclos

Cierre de ciclos

Siempre es necesario saber cuando una etapa llega al final. Si insistimos en permanecer en él más tiempo del necesario, perdemos la alegría y el sentido de las otras etapas por las que tenemos que atravesar. Cerrar ciclos, cerrar puertas, terminar capítulos, no importa cómo lo llamemos, lo que importa es dejar en el pasado los momentos de la vida que terminaron.

¿Te despidieron del trabajo? ¿Terminaste una relación?
¿Dejaste la casa de tus padres? ¿Se fue a vivir a otro país?
¿Ha desaparecido sin explicación la amistad cultivada durante tanto tiempo?

Puede pasar mucho tiempo preguntándose por qué sucedió esto. Puedes decirte a ti mismo que no darás un paso más hasta que comprendas las razones por las que ciertas cosas, que eran tan importantes y sólidas en tu vida, de repente se convirtieron en polvo. Pero tal actitud será una gran tensión para todos: tus padres, tu esposo o esposa, tus amigos, tus hijos, tu hermana, todos cerrarán capítulos, darán vuelta la hoja, seguirán adelante, y todos sufrirán cuando te vean. quedarse quieto.

Nadie puede estar en el presente y en el pasado al mismo tiempo, ni siquiera cuando intentamos comprender las cosas que nos suceden. Lo sucedido no volverá: no podemos ser siempre niños, adolescentes tardíos, niños que se sienten culpables o resentidos con sus padres, amantes que reviven día y noche un vínculo con alguien que ya se ha ido y no tiene intención de volver.

Las cosas pasan, y lo mejor que hacemos es dejar que se vayan realmente. Por eso es tan importante (¡no importa lo doloroso que sea!) Destruir souvenirs, mudarse de casa, dar muchas cosas a orfanatos, vender o donar los libros que tienes. Todo en este mundo visible es una manifestación del mundo invisible, de lo que está sucediendo en nuestros corazones, y dejar ir ciertos recuerdos también significa dejar espacio para que otros ocupen su lugar.

Déjalo ir. Liberar. Déjalo ir.
Nadie juega en esta vida con cartas marcadas, así que a veces ganamos y otras perdemos. No esperes que te devuelvan algo, no esperes que reconozcan tu esfuerzo, que descubran tu genio, que comprendan tu amor. Deja de encender tu televisión emocional y de mirar una y otra vez el mismo programa, que muestra cómo has sufrido una cierta pérdida: eso solo te va a envenenar, y nada más.

No hay nada más peligroso que las rupturas románticas que no se aceptan, las promesas de trabajo que no tienen una fecha fija de inicio, las decisiones que siempre se posponen en nombre del “momento ideal”. Antes de comenzar un nuevo capítulo, debe terminar el anterior: dígase a sí mismo que lo pasado nunca volverá.

Recuerda que hubo un tiempo en el que podías vivir sin eso, sin esa persona; nada es insustituible, un hábito no es una necesidad. Puede parecer obvio, incluso difícil, pero es muy importante. Finalización de ciclos. No por orgullo, incapacidad o arrogancia, sino simplemente porque eso ya no encaja en tu vida. Cierre la puerta, cambie el disco, limpie la casa, sacuda el polvo. Deja de ser quien eras y conviértete en quien eres.

Texto: Gloria Hurtado