
Piensa antes de pensar/actuar
Contenido traducido por Google Translate

Piensa antes de pensar/actuar
“Las espinas que me hieren las produjo la zarza que planté”.
(Byron)
Un pensamiento muy acertado.
Lo que siembras tarde o temprano cosecharás.
Muchas de las “espinas” que sacamos, o que hacemos que otros saquen, son intencionales, pero nadie más puede quitarte el dolor.
Recordé una historia:
Había una vez un niño que tenía muy mal genio.
Un día recibió de su padre una bolsa llena de clavos y una tabla.
Su padre le dijo que clavara un clavo en la tabla cada vez que perdiera los estribos con alguien.
El primer día el niño puso 37 clavos en la tabla.
Durante los siguientes días, a medida que aprendió a controlar su ira, la cantidad de clavos martillados cada día disminuyó gradualmente.
Descubrió que era menos trabajo controlar su ira que tener que ir todos los días a clavar clavos en la tabla de madera...
Finalmente, llegó un día en que el niño nunca perdió los estribos.
Habló con su padre sobre su éxito y cómo se sentía mejor por no hacer estallar a los demás.
El padre le sugirió que quitara todos los clavos de la tabla y se la trajera.
Entonces el niño trajo la tabla de madera, sin los clavos, y se la entregó a su padre.
Él dijo: "Felicidades, hijo mío, pero una mirada a los agujeros que dejaron los clavos en la tabla, la tabla nunca volverá a ser la misma".
Cuando dices cosas cuando estás enojado, tus palabras dejan marcas como estas. Puedes clavar un cuchillo en alguien y luego sacarlo. No importa cuántas veces te disculpes, la cicatriz seguirá ahí. La agresión verbal es tan mala como la agresión física.
Piensa y reflexiona.